Amante de libros y papiros. De Star Wars, discos de vinilo y cómics. De componer y cantar, los juegos de mesa y el orden. De los pequeños detalles. Amante de sus clases de derecho y la investigación. De los buenos ratos compartidos y los espacios atrevidos… Gustos y necesidades diversas que hemos ido impregnando en cada una de las estancias de la casa, entre las que destaca el salón: un espacio genuino y versátil que responde a todas ellas. La gran biblioteca articula el espacio y acoge una mesa abatible camuflada tras un mural de «La Vida de Brian». Cuatro cajones de madera ensalzan lo que en ellos se aloja, mientras que un fondo del halcón milenario esconde un amplio espacio de almacenaje. Delante, un columpio que invita a la reflexión. Y la luz artificial potencia la escenografía de los distintos ambientes. Completa la vivienda el dormitorio, una cocina compacta y alegre, un baño moderno de microcemento con lavadero incluido tras el cristal de la ducha y un pequeño patio-terraza donde desayunar.
Un espacio funcional y característico que desnuda la personalidad de quien allí habita. Un traje a medida que destaca por su autenticidad.