Una casa para disfrutar en compañía y en soledad, con  amigos, en familia y en pareja. Esta premisa inicial es la que nos inspira crear un gran espacio central, núcleo generador de la vivienda, el hogar, que se expande vertical y horizontalmente, hacia el interior y hacia el exterior, conectando todos los espacios y relacionando ambientes. Conexiones visuales y aperturas de luz controladas, que combinan una mirada transparente con una necesaria privacidad. En definitiva, una distribución espacial abierta que busca la proximidad de todas sus estancias generando una sensación de unidad dentro de la casa y una sensación de cercanía de quienes la habitan.

Al exterior creamos un expresivo juego de volúmenes de diferentes alturas maclados entre sí, potenciado con el contraste de color y texturas de los materiales elegidos. Las estancias de la casa gozan de una intensa relación con el exterior, prolongándose en forma de terraza en el piso superior o de porche, jardín y piscina en la planta baja. Una piscina en forma de L, con una calle de natación, resguardada al abrigo de un muro de hormigón, que acompaña a la casa y desemboca en una zona de juegos y estancia.